*Morelia, Michoacán a 22 de septiembre del 2025.- En la ruta hacia la sucesión municipal en Morelia, una de las figuras que ha mostrado mayor capacidad para tender puentes es el director del Organismo Operador de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento (Ooapas), Adolfo Torres Ramírez.
El papel de Adolfo Torres no se ha limitado únicamente a la gestión técnica del organismo, sino que ha ido más allá: ha buscado construir un entendimiento político con quienes aspiran a la candidatura, tanto del ámbito panista como de la trinchera independiente.
En un escenario donde la fragmentación puede ser el principal enemigo del Gobierno de Morelia, Adolfo Torres ha puesto sobre la mesa la necesidad de un frente común que permita retener con fuerza y mayor amplitud la presidencia municipal de Morelia.
Entre los gestos más claros de esta apuesta destaca su acercamiento con el secretario del Ayuntamiento, Yankel Benítez, quien también figura en el radar político con aspiraciones propias.
Más allá de las diferencias naturales que existen entre proyectos, lo que sobresale es la intención de privilegiar la unidad sobre la confrontación.
Adolfo Torres parece entender que la ciudadanía moreliana demanda propuestas sólidas y equipos cohesionados, no pleitos internos que terminan debilitando cualquier posibilidad de triunfo.
El reto, claro está, será que este discurso de unidad se traduzca en acuerdos tangibles y en una plataforma conjunta capaz de convencer a la sociedad.
También es claro que Morelia requiere liderazgo y visión, pero también madurez política para sumar en lugar de restar.
Si el esfuerzo de Adolfo Torres por tejer alianzas con perfiles como el de Yankel Benítez prospera, el equipo político del presidente Alfonso Martínez podría llegar con una carta fuerte y competitiva a la contienda; de lo contrario, la dispersión de aspiraciones puede convertirse en la mejor aliada de sus adversarios.
En política, como en el agua que diariamente administra el Ooapas, lo fundamental es que fluya: que las diferencias se encaucen y que el proyecto mayor —en este caso, Morelia— sea el verdadero beneficiado.