*Morelia, Michoacán, a 23 de julio de 2025.- En un mensaje lleno de gratitud y esperanza, el Arzobispo de Morelia, Carlos Garfias Merlos, compartió con la comunidad católica su agradecimiento al conmemorar 29 años de haber recibido la ordenación episcopal, la cual le fue conferida el 25 de julio de 1996, tras ser nombrado obispo por San Juan Pablo II el 24 de junio del mismo año.
En su mensaje, Garfias destacó que la palabra que resume estas casi tres décadas de servicio es “gratitud”, tanto hacia Dios como hacia los fieles que lo han acompañado en su camino. Señaló que su labor pastoral ha estado inspirada en los valores y el legado del Venerable Vasco de Quiroga, figura emblemática de la evangelización y defensor de los pueblos originarios.
El prelado también hizo un reconocimiento a las diócesis donde ha prestado su servicio, describiéndolas como verdaderas escuelas de vida, fe y amor. Subrayó que en cada una de ellas ha encontrado el rostro de Jesús y de una familia espiritual que lo ha sostenido, incluso en los momentos más difíciles.
Durante la primera eucaristía de gratitud celebrada con motivo de este aniversario, el Arzobispo agradeció a quienes han sido leales y pacientes en su trayectoria episcopal, y se mostró orgulloso del compromiso que la Arquidiócesis ha mantenido en la promoción de la paz y la atención a las víctimas de distintas necesidades. Destacó los esfuerzos por brindar espacios y recursos para que quienes sufren encuentren consuelo y acompañamiento en la Iglesia.
Garfias Merlos también reconoció la importancia de los vínculos construidos con sectores sociales, educativos, culturales, autoridades civiles y asociaciones religiosas, los cuales han fortalecido el trabajo conjunto por una sociedad más justa y pacífica.
Finalmente, el Arzobispo pidió a la comunidad sus oraciones, especialmente al estar próximo a cumplir 50 años de ordenación sacerdotal, y expresó su confianza en la Providencia y la misericordia de Dios. Agradeció también a los medios de comunicación por su labor en difundir el mensaje evangélico, y concluyó evocando con fe la intercesión de Vasco de Quiroga en los momentos difíciles de su vida.
“Seguimos trabajando por la civilización del amor, por el reino de Dios, por una sociedad más justa y pacífica”, expresó con convicción.