En Michoacán de acuerdo con las estadísticas, siete de cada 10 habitantes tiene obesidad, por lo que desde todas las trincheras se deben redoblar esfuerzos para atender esta situación que se ha convertido en un problema de salud pública en nuestro país.
Una sana alimentación tanto en las y los niños, como en la población en general, consideró es responsabilidad de todos, en donde es fundamental que cada quien haga lo que le corresponde por tener una vida saludable.
En esta contingencia sanitaria y ante la crisis económica que se vive, consideró que se deben reorientar las políticas públicas para garantizar la atención de la población en condiciones de pobreza, pero no con dádivas, sino con acciones integrales.
Cabe señalar que la UNICEF señala que, en México uno de cada ocho niños menores de cinco años padece desnutrición crónica y su incidencia es mayor en las zonas rurales y en las comunidades indígenas, en donde es evidente la falta de políticas públicas y acciones de la Federación, y son los municipios y estados los que hacen frente a esa situación, quienes cuentan con pocos recursos.
En ese contexto, la desnutrición está relacionada con una alimentación inadecuada en cantidad o calidad, la incidencia de enfermedades infecciosas y el cuidado inadecuado del niño, por lo que se debe emprender acciones.