Por VÍCTOR ARMANDO LÓPEZ
Morelia Michoacán a 31 de agosto de 2020.-Una semana fue suficiente para medir nuestro nivel de tolerancia, paciencia, organización y disposición. Y es que las clases en línea y televisivas han generado todo un caos en el seno familiar y en sus respectivas actividades diarias.
Pero tampoco los profesores la están pasando nada bien, una vez que muchos no cuentan con la capacitación para utilizar las nuevas herramientas tecnológicas, ya sea por falta de habilidad e incluso por la brecha generacional. A lo que se suman los constantes colapsos de las señales de internet y diversas plataformas en línea.
Mientras que los educandos quizá sean los más afectados, pues en lo que respecta a la educación básica es muy difícil que éstos se concentren o presten toda la atención que las clases en línea requieren.
Pero ello es por la propia naturaleza del infante, pues si bien es cierto que en un principio la novedad de tomar clases a distancia les generó gran expectativa, misma que a las pocas hora o día cayó, ya que lo que ellos requieren es quemar tanta energía que tienen y convivir con sus pares.
El patio de la escuela y la vendimia de las cooperativas hoy día es una gran añoranza.
Quienes cursan la educación básica en la educación privada han tenido que invertir, y bien, en casa, pues si se tienen dos niños o más hay que facilitarles computadora a cada uno; internet y de buena capacidad; teléfono celular o tableta para ejercicios con aplicaciones determinadas; libros y útiles escolares.
A lo que se suma la paga de la mensualidad escolar, mayor consumo de luz y alimentación.
A ello se suma que si los infantes son de preescolar o primaria requieren del apoyo directo de los padres, quienes tienen que supervisar el desarrollo de las clases y las dinámicas de sus hijos, sin olvidar subir o enviar las respectivas tareas, a determinada hora, vía correo electrónico a los profesores, para que éstos a sus vez puedan calificar.
Y es precisamente en este lapso donde la tolerancia se acaba y la desesperación te inunda los sentidos, pues a pesar de la pandemia por la que estamos pasando, se requiere salir a la calle en la búsqueda del sustento, y desarrollar las actividades correspondientes a la vida diaria que van desde los quehaceres domésticos hasta el trabajo también en línea.
¿Pero en qué momento? Si estás atendiendo a los niños en apoyo académico.
Situación que autoridades educativas y directivas de los colegios parece que nunca tomaron en cuenta.
Mientras que quienes cursan la educación básica en las escuelas públicas también pasan por diversos problemas e inversiones.
Y es que no basta con tener una televisión en casa, pues aunque hay horarios de programación por grados, hay otros integrantes de la familia que la usan como medio de entretenimiento y más en medio del encierro por Coronavirus.
Además de que aún no se cuenta con los libros de texto gratuitos. A lo que se suma la adaptación de espacios, gasto de luz y útiles escolares.
Y tratar de familiarizarse con la dinámica de las clases por esta vía. Además de que hay quienes señalan que su contenido es muy aburrido y otros que es aceptable.
Además no hay que olvidar la situación de los profesores, pues éstos tienen también que invertir en las mismas herramientas citadas y en la adecuación de espacios.
Desarrollar su planeación, enviar actividades y esperar la entrega de tareas para calificarlas. Sin olvidar que más de un niño, le apague la cámara al momento de estar en clase.
Total que la locura al interior de los hogares, a causa de las clases en línea y por televisión, ya es parte de la dinámica diaria.
Los padres de familia que fungen como sostén del hogar no pueden detenerse a atender todo el día a los hijos en su preparación académica, y los profesores no pueden tampoco dejar de hacer sus actividades personales (sin olvidar que también son padres).
Esta nueva convivencia nos está hartando, desgastando y terminando con cualquier señal de tolerancia.
En una semana una buena parte de niños ya se fastidiaron, los maestros ya se desesperaron y los padres de familia están que tiran la toalla.
Un ejemplo, la profesora que en Morelia, Michoacán, se cortó las venas al no poder con las clases en línea. Mientras la autoridad educativa sigue proyectando desde escritorio. ¿A ti cómo te está afectando?
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*Víctor Armando López Landeros. Es Doctor en Derecho; Maestro en Ciencia Política y Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la UNAM. Con trayectoria de 25 años en medios escritos y electrónicos, así como en la fundación de ellos. Además de desempeñarse como coordinador de Comunicación Social en diversas instituciones electorales. Actualmente dirige el portal www.lapaginanoticias.com.mx