– “Las madres sacamos fuerzas hasta donde no las hay”
– Derechos laborales invisibles
Morelia, Michoacán, marzo 8 de 2025.- Hoy, en el Día Internacional de la Mujer, que entre otros objetivos se reconoce a quienes dieron su vida por obtener derechos laborales, mujeres trabajadoras del Centro de Cooperación Regional para la Educación de los Adultos en América Latina y El Caribe (CREFAL), viven el duelo de un despido injustificado, sin explicaciones ni motivo.
El detalle es, que es una mujer la que, con la autoridad de haber sido nombrada titular del CREFAL por el Secretario de Educación Pública el pasado 17 de febrero, decide cerrar las puertas de este Centro y dar por terminada la vida laboral de más de cien trabajadores entre ellos un porcentaje considerable de mujeres.
Los derechos de cada una de ellas y ellos, al parecer para la nueva titular son invisibles y las puertas que por décadas albergaron una institución orgullo de Michoacán, México, América Latina y El Caribe, las cerró sin considerar la afectación de la vida laboral de más de cien trabajadoras y trabajadores que se encuentran en duelo.
Al respecto María Leticia Galván Silva, lamentó lo que está sucediendo y la tarde de ayer las y los trabajadores ingresaron a las instalaciones que por años, han sido su centro de trabajo, no dan crédito a lo que está sucediendo y mucho menos a que, sin ninguna explicación, le hayan cerrado las puertas para negarles el acceso.
Galván Silva es Historiadora de Formación Inicial y Socióloga de la Educación por posgrado. Durante once años, ejerció la docencia de la lengua inglesa y durante una parte de su vida, realizó tareas de investigación histórica en las líneas económica y de política.
El CREFAL le dio la oportunidad de laborar en actividades para apoyar la educación con personas jóvenes y adultas, en diferentes ámbitos: administrativo, archivo histórico y de fotografía, pero principalmente y por catorce años en la investigación educativa en líneas de formación de formadores, alfabetización y cultura escrita y educación y arte, lo cual se complementó con la docencia.
De forma paralela, durante 19 años, se formó e involucró en la educación a distancia, como tutora en línea, coordinadora de programas educativos y diseñadora instruccional y esta trayectoria, hoy se ve truncada por la actitud de quien pretende de un plumazo acabar con una institución ícono en la vida educativa de Michoacán, México, América Latina y El Caribe.
En breve plática con este medio, Galván Silva nos compartió que su vida profesional la ha compartido con su hija y familia y con una actitud visionaria siempre ha encontrado la forma de ser el principal sustento de su familia y salir adelante pero al perder su fuente de ingresos, le ha causado desestabilidad de la que obligadamente debe reponerse para continuar aun a la par de la lucha porque se transparente lo que está sucediendo en esta institución de alto prestigio.
Refirió con orgullo que, como parte de su compromiso y amor por el trabajo que ha desarrollado en el CREFAL, ha contribuido a transformar vidas no solamente en materia académica sino personal porque una vez que jóvenes y adultos cuentan con mayores conocimientos, cambian su actitud por su vida misma y la de su familia pero también en sus comunidades y eso, eso es motivante para quienes nos dedicamos a esta nobel labor, dijo.
Y añadió al respecto que la actividad de las y los trabajadores del CREFAL, se puede traducir básicamente en que “sembramos semillas para construir un mejor futuro para mujeres y hombres, una mejor sociedad y un mejor futuro para todos”.
A pregunta expresa consideró, “que como madre y profesionista, no tiene tiempo para eternizar los tiempos de lamentaciones porque hay que seguir adelante ya que las obligaciones y las necesidades no esperan”, sin embargo, no concibe como es que se puedan cerrar instituciones por caprichos, por estrategias elaboradas detrás de un escritorio o por intereses personales y eso expresó, lo sabremos tarde o temprano.
Para concluir comentó que justo en este Día Internacional de la Mujer, hace el compromiso personal de no decaer, de seguir luchando porque está preparada para ello y espera que el tiempo le dé la razón a quien la tenga.