*Apatzingán, Michoacán a 13 de agosto de 2025.– En el discurso político nacional, desde la llegada de Claudia Sheinbaum a la presidencia de México, la frase “es tiempo de las mujeres” se ha convertido en una constante. Sin embargo, en la región de Tierra Caliente, cada vez más voces preguntan: ¿y el tiempo de los jóvenes, cuándo?
El caso de Julio César Silva Navarrete, mejor conocido como “Yoyo”, es un claro ejemplo de ese relevo generacional que, aunque existe y tiene fuerza, la mayoría de las veces es frenado por estructuras políticas tradicionales.
Carismático, talentoso y cercano a la gente, “Yoyo” ha trabajado desde abajo en varias campañas, sumando simpatías y construyendo liderazgo, pero sin recibir todavía la oportunidad de ocupar un cargo de elección popular.
Originario de Apatzingán y descendiente de una familia reconocida por su honestidad y trabajo, “Yoyo” es nieto del apreciado don José Silva (QEPD), figura muy querida en la región. Ese respaldo social y familiar, sumado a su compromiso comunitario, lo han convertido en uno de los nuevos rostros que la juventud local mira con esperanza.
En la política, es frecuente que los jóvenes sean utilizados como fuerza de campaña, con promesas que se desvanecen una vez concluidas las elecciones. Pese a ello, “Yoyo” mantiene firme su convicción: el tiempo de la juventud ha llegado y se les debe abrir el espacio para asumir mayores responsabilidades.
Su labor social en Apatzingán, reconocida por vecinos y comunidades cercanas, sigue creciendo pese a las críticas y obstáculos que, según se comenta en la región, provienen de la envidia y la resistencia al cambio.
En un panorama donde las cúpulas partidistas suelen cerrarse a nuevas generaciones, la figura de “Yoyo” representa la inquietud de cientos de jóvenes que, como él, no solo quieren participar en la política, sino también transformarla.
Yoyo ha levantado la mano y la voz para ser visto en el próximo 2027 como un serio aspirante competitivo por un cargo de elección popular.