-Es alarmante las cifras de niñas y niños que se quedan sin sus padres a consecuencia de la violencia
*Morelia, Michoacán, a 8 de mayo del 2025*.- Es fundamental que el Estado Mexicano y en Michoacán se implementen políticas públicas integrales para proteger y garantizar los derechos de las niñas, niños y adolescentes afectados por la violencia, brindándoles el apoyo necesario para su desarrollo y bienestar, por lo que la diputada Adriana Campos Huirache propuso modificar la Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes del Estado, con el objetivo de abrazar desde el marco jurídico a los menores en situación de orfandad.
La diputada integrante del Grupo Parlamentario del Partido Revolucionario Institucional en la LXXVI Legislatura Local, señaló la urgencia de garantizar los derechos fundamentales de la infancia y adolescencia en el estado, que incluya disposiciones sobre la protección y restitución de derechos de menores que han perdido a sus padres, priorizando el acogimiento familiar y evitando, en la medida de lo posible, la institucionalización.
Recordó que, en Michoacán, la violencia feminicida ha dejado a numerosos niños, niñas y adolescentes en situación de orfandad, por lo que es apremiante que la Ley los proteja y vele por ellos.
“Los niños, las niñas y los adolescentes en México se han convertido en víctimas invisibles de la ola de violencia y feminicidios que azotan a México, ya que, si bien no son las víctimas directas de estos actos despreciables, son víctimas indirectas quienes, al quedarse sin sus padres por alguna de estas dos causas, quedan huérfanos, viviendo o sobreviviendo en un entorno hostil, difícil y adverso”, sostuvo la diputada integrante del Grupo Parlamentario del PRI en el Congreso del Estado.
De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo, en México más de 628 mil niños de 6 a 17 años abandonaron los estudios por falta de recursos económicos. Esto se da principalmente en los hermanos mayores, quienes se ven forzados a dejar los estudios para trabajar y apoyar a sus hermanos, lo que genera limitado acceso a oportunidades educativas y formación profesional.
Otro impacto que genera la orfandad es la vulnerabilidad económica y social, ya que al perder al proveedor o al jefe de la familia, la falta de ingresos disminuye, aumentando la pobreza y con ello viene la incapacidad de pagar servicios básicos en la vivienda, por lo que empiezan a carecer de agua, luz, y a acumular deudas de todo tipo; esto obliga a los niños y adolescentes huérfanos a aceptar empleos mal pagados, sin prestaciones e informales, que los pone en riesgo de explotación laboral o trata de personas.
Además, una consecuencia de la orfandad es el alto riesgo que tienen los menores de involucrarse en actividades delictivas, ya que, sin apoyo familiar o institucional, pueden ser reclutados por grupos del crimen organizado. Lo que hace que a su vez se genere un círculo vicioso, peligroso y triste, donde los niños y adolescentes repiten el fenómeno de violencia o feminicidio por necesidad, sentido de pertenencia o reproducción de patrones.